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La cosmetología moderna trabaja a partir de las más avanzadas investigaciones científicas, fruto de esa labor son los diversos productos con los cuales se cuida la belleza del cutis, su uso continuo suele ser altamente satisfactorio.
Afectadas por ciertas agresiones (externas e internas), muchas de las cuales tienen su origen en el apresurado ritmo de la vida moderna, su piel, puede comenzar a sufrir deshidratación. ¿Cómo se manifiesta? Pues a través de: Pérdida de suavidad y flexibilidad, aparición de escamas, enrojecimiento (por dilatación de los vasos capilares) y formación de arrugas. Cuando note alguna de estas manifestaciones tome medidas con rapidez. Es el momento de comenzar a poner remedio a un mal que puede acarrear el envejecimiento prematuro de la piel, no importa si es normal, grasosa o seca (que es el tipo más delicado, el que más pronto se suele afectar). Pero no son solo los cosméticos los guardianes de la salud y belleza de su piel. Resultan imprescindibles otros cuidados, por ejemplo: Limpieza, o eliminación de los restos de maquillaje, suciedad o impurezas que el cutis absorbe durante el día. Después, hace falta…
Tonificación, o búsqueda de la contracción de los poros previamente dilatados con el fin de limpiar a profundidad. El uso de un tonificante deja la tez relajada y fresa, en tanto complemente la anterior limpieza.
Hidratación, que equivale a proporcionar la debida protección, pues a través de esta fase se recupera la humedad perdida, propiciada tanto por causas climatológicas (viento cortante, frío, exceso de sol…) como por agresiones externas (contaminación del ambiente) o internas (stress o acumulación de tensiones).
Nutrición, que resulta mucho más efectiva cuando se acompaña del reposo nocturno; durante el sueño, las sustancias ricas en elementos naturales y vitaminas penetran rápidamente, y favorecen la regeneración celular.
Esto no es todo, pues falta el consejo más fácil de seguir, beba entre seis y ocho vasos de agua pura al día, pues es la mejor manera de hidratar.
RECOMENDACIÓN
De acuerdo a tus posibilidades, una vez por semana, puedes emplear una máscara donde se integren la yema de un huevo, una cucharadita de aceite, una de miel y unas gotas de limón. Máscara nutriente, suavizadora, blanqueadora, afinará el grano epidérmico y dará magníficos resultados. Dejar por 20 minutos y retirar con agua tibia.