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Maquillaje de la nariz: Seguramente se habrá fijado que personas con ojos, labios, dientes y rostros bonitos pierden su encanto por culpa de la nariz; en cambio, otras que aparentemente “no tienen nada llamativo”, lucen lindas debido a la gracia de su apéndice nasal. Sepa que hay “secretos” del maquillaje para la nariz. Estudie detenidamente su caso, y con mucha paciencia aprenda a maquillarse esa importante parte del rostro. Utilice para ello los diferentes tonos del maquillaje. Para aplicarlos bastará un pincel suave, o simplemente los dedos. Nariz con extremo bulboso: El maquillaje debe delinear la punta redonda de la nariz para darle una apariencia más definida y angular. Aplíquelo por los lados, terminando en punta por encima de las ventanillas. Matice el retoque asegurándose de que no llegue a las mejillas.
Nariz respingada: Una forma de “engañar” la vista es acentuando el maquillaje sobre el puente; haga una línea desde el mismo puente hacia la punta. Aplique el polvo o el colorete en la puntica, para hacerla menos prominente. Cuide de no cubrir las ventanillas sino de una forma muy tenue.
Nariz larga y caída: Matice de oscuro el puente entre las cejas para llamar la atención hacia ese punto; con ello logrará acortar su nariz. Sombree luego la punta y discretamente los costados, para minimizar la base larga.
Nariz demasiado ancha: Comience por las cejas; matice la sombra del maquillaje desde el extremo interior del ojo, a lo largo del costado de la nariz hasta sobre las ventanas. Debe lograr líneas perfectamente rectas y bien distribuidas a ambos lados. El oscurecimiento debe hacerse desde el extremo interior del ojo y terminar debajo de las ventanillas. Maquille el tabique nasal con un tono más claro para dar una imagen de luminosidad.
Para que los consejos anteriores den los resultados deseados es fundamental practicarlos antes de salir a la calle. No pretenda “esculpir” su nueva nariz cinco minutos antes de ir a pasear. Importante: los toques de colores claros y oscuros deben quedar muy bien difuminados, tratando por todos los medios de hacer desaparecer la diferencia entre uno y otro tono. Recuerde que los colores oscuros “afinan”, en tanto los claros realzan y proporcionan luz.